Cada equipo tiene una persona que mejora el día. Risas en situaciones que algunos considerarían vergonzosas, sonrisas en momentos cuando otros huiría: todo esto se refiere a Elisa.
Incluso su nombre tiene una historia cómica detrás. Pocas personas saben que su nombre, en realidad es Ana.
Cuando vino a nosotros, ya teníamos a alguien en el equipo con el nombre de Ana, le sugerimos que eligiera un seudónimo para evitar confusiones entre los pacientes. Así es como se convirtió en Elisa. 🙂
Su forma de ser y su amabilidad hace que todos los pacientes, ya sean de Italia, Alemania o incluso Moldavia, se sientan como en casa, ofreciéndoles asistencia previa y posterior al tratamiento en italiano, alemán y rumano, un plan de tratamiento explícito, transparente y correcto y por último, pero no menos importante, buen humor para toda la estancia dental en Moldavia.
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